Hoy descubrimos un poco sobre la crema facial piel mixta, para ello tenemos que comenzar explicando que las pieles mixtas tienen una peculiaridad que también las convierte un poco en esas grandes incomprendidas: combinar dos tipos de piel distintos en espacios muy próximos. Esto hace que muchas veces no sepamos exactamente cómo cuidarla o de qué forma hidratarla sin perjudicar a ninguna de las dos zonas para mantenerla perfecta.
Por eso es muy importante elegir correctamente la crema facial para piel mixta más adecuada a sus características.
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¿Cómo es la piel mixta?
Habitualmente los tipos de piel se suelen categorizar en 5 variedades: piel grasa, piel seca, piel sensible, piel normal y, por último, piel mixta.
Las pieles mixtas se denominan así porque, por un lado, suelen tener más grasa y brillos en la zona T (la frente, la nariz y la barbilla), mientras que en el resto del rostro sus cualidades son más la de una tez de normal a seca con un aspecto mate y que puede tender a estar más sensible o a resecarse.
Algunos de los problemas habituales con los que se encuentran las personas que tienen la piel mixta, que además resulta ser el tipo de piel más extendido en la población general, tiene que ver con el uso incorrecto de productos que no son específicos para ella. Por ejemplo, si no utilizamos una crema facial para piel mixta conveniente a sus necesidades, puede que en la zona T se incrementen las impurezas.
También puede ocurrir que al emplear erróneamente un producto sólo para pieles grasas, se resienta la parte más seca de la cara, se deshidrate e incluso esa sensación de aspereza haga que se descame y se enrojezca.
¿Qué componentes tiene la crema para piel mixta?
Lo más esencial en una crema facial para piel mixta es que sepa conjugar en un solo producto justo lo que necesitan por un lado una piel seca y por otro la grasa: una buena hidratación que la ayude a retener su humedad natural sin engrasarla de más.
Para lograr ese cometido se incluyen algunos de estos ingredientes:
Manteca de karité
Se trata de un ingrediente natural de origen vegetal, una sustancia que se extrae de la nuez del árbol de karité, habitual en la zona oeste de África. En cosmética habitualmente se emplea como emoliente para hidratar la piel, y de hecho la palabra “karité” significa “árbol de mantequilla”, algo que se debe a estas propiedades, a su textura y a la tonalidad amarillenta que presenta.
Además, contiene vitamina F, que la regenera y la libera de rojeces, por lo que también tiene acción calmante y antioxidante.
Aceite de almendras dulces
Tiene vitamina A, un nutriente que regenera la piel y la ayuda a cicatrizar, y vitamina E, que actúa como antioxidante, protegiendo la piel frente al daño solar. Ambas la hidratan y la dejan suave y, además, si tenemos acné, pueden mejorar significativamente su aspecto y hacer que las marcas se curen más rápido.
Vitamina C
Una vitamina capaz de retrasar los signos de la edad en la piel, suavizando las arrugas e iluminando la piel, y que es muy adecuada para las pieles mixtas por sus propiedades antioxidantes. Si tenemos manchas en la piel, la vitamina C también puede suavizar esas decoloraciones.
Rosa mosqueta
El aceite de rosa mosqueta es rico en vitaminas y posee múltiples propiedades; por un lado, ayuda en la formación de colágeno, disminuye las señales causadas por cicatrices, acné y las manchas y por otro sus antioxidantes naturales también contribuyen a regenerar la piel y unificar su tono. Gracias a los ácidos grasos que contiene hidrata la piel y previene la aparición de arrugas.